3.5. Protégete del sol
El buen tiempo suele tener un efecto muy positivo para el estado de ánimo de casi todas las personas. Quizá sea porque el sol es, para muchos, sinónimo de vacaciones, pero también porque permite realizar diferentes actividades al aire libre. Sin embargo, aunque los beneficios de sol son innumerables, la exposición de la piel a la radiación solar puede tener consecuencias negativas. Toma el sol con moderación y, sobre todo, utiliza fotoprotectores que eviten sus efectos dañinos.
Las consecuencias de los tratamientos oncológicos no se limitan solo a la sequedad y fragilidad de la piel, sino que también causan mayor fotosensibilidad, es decir, la luz solar te afecta más de lo normal. Además, si has recibido radioterapia quizá aparezcan eritemas (enrojecimiento), o descamaciones con más facilidad.
Probablemente prestes más atención a los cuidados del sol durante el verano, pero es aconsejable hacerlo todo el año. Recuerda que los rayos ultravioletas están presentes constantemente durante el día, incluso aunque esté nublado. Por tanto, evita exponerte al sol de forma directa y, si lo haces, utiliza siempre alguna crema fotoprotectora. No es aconsejable reutilizar las del año anterior, ya que pierden propiedades y no tienen el mismo efecto. Aplícala una media hora antes de salir de casa, para que la piel la absorba bien, y no olvides extenderla en aquellas zonas especialmente vulnerables, como la frente, la nariz, los pómulos, el escote, las manos… Si has recibido radioterapia, cuida especialmente las áreas en las que recibiste la radiación, y también las cicatrices si te han realizado a una intervención de cirugía. Renueva tu protector solar cada dos horas o después de cada baño en la playa o piscina, incluso si has optado por una fórmula resistente al agua.
Si vas a exponerte al sol de forma prolongada o en las horas de máxima radiación (entre las 12 y las 16 horas), es importante que recurras, además, a otras medidas: vístete con ropa adecuada y usa gafas y sombrero.
Después del sol, hidrata adecuadamente tu piel con cremas y lociones con ingredientes calmantes y suavizantes. Los tradicionales after sun o la aplicación de agua termal atenuarán los efectos del sol en tu piel.