2.4. Crecimiento personal de la pareja y valores

El crecimiento personal es un fenómeno que se produce en muchas personas que superan un cáncer, pero también puede darse en sus familiares o en personas cercanas. El hecho de haber vivido situaciones de estrés, ansiedad, miedo, dolor o incertidumbre, hace que, en muchos casos, la vida se perciba de una forma más amplia y constructiva.


El cáncer quizá marque un antes y un después en la relación y se convierta en un punto de inflexión para reflexionar y valorar aquellos aspectos a los que otorgáis más importancia. Vivir el proceso de la enfermedad como una oportunidad de valorar lo que es importante y lo que no, os permitirá establecer un orden de prioridades y ampliar vuestras potencialidades. Como ya hemos dicho, puede generar conflictos, pero también puede afianzar la relación. Superar la enfermedad en pareja y de forma constructiva ayudará a afrontar con mayor fortaleza posibles dificultades que surjan en el futuro.


El cáncer constituye un punto de inflexión para valorar los aspectos que, como pareja, consideráis más importantes


Por otro lado, puede pensarse que el crecimiento personal, aún produciéndose solo en uno de los miembros de la pareja, es positivo para el fortalecimiento de la relación. Pero ¿y si el crecimiento personal conlleva un cambio de prioridades o valores que no se ajustan a los del otro?


En una pareja, independientemente de quién sea el paciente y quién el cónyuge, cada miembro tiene unas percepciones y vivencias propias y, por tanto, el proceso de aprendizaje es único. Por tanto, las implicaciones que la enfermedad pueda tener en su forma de ser y en su manera de ver la vida pueden ser distintas en uno y otro. Es frecuente oír decir a las personas que han vivido de cerca un cáncer que han aprendido a valorar y vivir la vida de otra manera. Esta nueva forma de plantear el día a día tendrá efectos en los planes y prioridades que cada uno establezca y es importante que, las pongáis de manifiesto y veáis cuánto de idóneas son. Si tu nuevo orden de valores o prioridades no se ajusta al de tu pareja, debéis hablar de ello y no tomar decisiones precipitadas. Estos nuevos planteamientos pueden ser consecuencia de una reacción emocional a una experiencia intensa como es la vivencia de un cáncer, por lo que no tienen por qué ser definitivos. Con el tiempo, y como cualquier pareja, tendréis que valorar la dinámica de la relación y cómo os sentís al respecto para poder tomar una decisión sobre lo que os está pasando. Para más información sobre crecimiento personal, puedes acudir al epígrafe Cambio de valores después del cáncer del capítulo 3, Las emociones del superviviente.

La relación de pareja tiene un papel fundamental para favorecer la adaptación de las dos personas a la vida después del cáncer. A pesar de los problemas que puedan surgir en tu relación, afrontar la enfermedad y la supervivencia en pareja puede tener muchos aspectos positivos ya que permite amortiguar el estrés y la ansiedad, contener y neutralizar la tensión y, en definitiva, constituye un punto de apoyo en el que podéis transmitir preocupaciones y compartir vivencias, favoreciendo el desahogo emocional. Pero es importante que la relación de confianza que establezcas con tu pareja en este ámbito, se oriente a crear un sistema de ayuda más que un sistema que genere un efecto de contagio por la exposición mutua y repetida al miedo y la ansiedad. Tendréis que encontrar los espacios y los tiempos adecuados para favorecer ese desahogo mutuo sin que estos interrumpan la necesaria recuperación de la pareja a nivel emocional. Realizar actividades placenteras juntos es una opción aconsejada para procurar que el cáncer no forme parte del día a día de tu relación, y evitar así que ésta se identifique totalmente con la enfermedad.

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