2.1. La pareja después del cáncer

Tras la remisión, es posible que te surjan muchas dudas sobre la vida después del cáncer. Pueden ser dudas compartidas por tu pareja y para las cuales es fundamental que os permitáis un espacio donde dialogar y transmitiros vuestras preocupaciones y expectativas. La comunicación y la sinceridad son especialmente importantes para que la otra persona entienda lo que sientes y viceversa. En ocasiones, puedes dar por hecho que ella te entiende o que debería hacerlo, o que tú comprendes lo que siente, pero es conveniente saber que cada uno vive un proceso distinto y, por tanto, puede experimentar la remisión de una forma diferente.


Es normal que en algunas ocasiones no sepas qué decir o cómo actuar, si conviene seguir hablando de la enfermedad o si es mejor dejarla atrás. Lo importante será comenzar gradualmente a disfrutar de actividades gratificantes en pareja, sin que ello suponga la negación de posibles secuelas de la enfermedad y los tratamientos que deban tenerse en cuenta.


Adaptarse a la vida en pareja después del cáncer requiere un proceso de reflexión de lo vivido y de las expectativas de futuro que se tengan individualmente y en común. Hablar con la otra persona, valorar cómo el cáncer ha podido interferir en vuestros planes y procurar readaptarlos a la nueva realidad es fundamental para establecer metas alcanzables y consensuadas por ambos (comprar una casa, tener un hijo, hacer un viaje…).


El deterioro de una relación no tiene por qué ser consecuencia del cáncer

 

De cualquier forma, la manera de afrontar y adaptar vuestra relación al nuevo escenario va a depender de vuestras experiencias previas y del modo en el que el cáncer haya afectado a vuestra convivencia y a los planes de futuro que tuvierais. El hecho de que una relación se debilite una vez lograda la remisión no significa que la causa haya sido el cáncer. Es posible que cada persona otorgue a la enfermedad una importancia distinta en este distanciamiento, y así, mientras uno puede pensar que agravó carencias ya existentes, el otro sentirá que hubo un antes y un después que determinó el devenir de la pareja.

La relación de pareja tiene un papel fundamental para favorecer la adaptación de las dos personas a la vida después del cáncer. A pesar de los problemas que puedan surgir en tu relación, afrontar la enfermedad y la supervivencia en pareja puede tener muchos aspectos positivos ya que permite amortiguar el estrés y la ansiedad, contener y neutralizar la tensión y, en definitiva, constituye un punto de apoyo en el que podéis transmitir preocupaciones y compartir vivencias, favoreciendo el desahogo emocional. Pero es importante que la relación de confianza que establezcas con tu pareja en este ámbito, se oriente a crear un sistema de ayuda más que un sistema que genere un efecto de contagio por la exposición mutua y repetida al miedo y la ansiedad. Tendréis que encontrar los espacios y los tiempos adecuados para favorecer ese desahogo mutuo sin que estos interrumpan la necesaria recuperación de la pareja a nivel emocional. Realizar actividades placenteras juntos es una opción aconsejada para procurar que el cáncer no forme parte del día a día de tu relación, y evitar así que ésta se identifique totalmente con la enfermedad.

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