2.1. Superar el rol de paciente

Lo que nos sugiere el término «paciente» es la imagen de alguien vulnerable, susceptible de ser cuidado y con una salud frágil. Y quizá sea así como te hayas sentido en muchos momentos del tratamiento. Nadie quiere enfermar, por lo que el rol de paciente no es algo que se elija voluntariamente, sino que define un papel que te ha tocado asumir a consecuencia del cáncer.

Convivir con una enfermedad oncológica implica hacer frente a muchas cuestiones que ya conoces y, por ello, el cáncer se convierte en el centro de atención de la vida de cualquier paciente. Pero al finalizar los tratamientos, hay que procurar ir dejando atrás ese rol y todo lo que implica para lograr una recuperación social y emocional completa.

Es muy normal que tardes un tiempo en dejar de sentirte paciente de cáncer ya que, aunque todo vaya bien, las revisiones médicas te traerán recuerdos de épocas pasadas. Por tanto, este proceso puede durar más o menos tiempo y siempre convendrá que no lo aceleren las presiones de la familia, trabajo o amigos. En ocasiones, estas presiones son resultado de las expectativas y deseos de recuperación de las personas del entorno, que quieren dejar atrás todo lo relacionado con la enfermedad.

La remisión constituye un antes y un después en tu vida. Hasta entonces, la mayor parte de tus actividades habrán girado en torno a tu recuperación, el tratamiento, el hospital… Pero con la remisión empieza una nueva etapa en la que juega especial importancia la vuelta a la normalidad. Es el momento de incorporarte progresivamente a la vida cotidiana y reanudar hábitos que hayas tenido abandonados, e incluso iniciar algunos nuevos. En el capítulo 1, Volver a la normalidad encontrarás más información sobre este aspecto.

El cambio de rutina que se produce tras la remisión te obligará a asumir ciertos aspectos del cuidado de tu salud que antes estaban, en gran parte, en manos del personal sanitario. El seguimiento médico no es tan frecuente y eso, en ocasiones, genera sentimientos de abandono o incertidumbre. Es adecuado que consultes con tu equipo médico o de enfermería sobre cómo manejar las secuelas de tus cirugías (si existieran), las consecuencias de los tratamientos, los hábitos de alimentación y de ejercicio que favorecerán tu bienestar o la toma de fármacos, en caso de que sigas algún tratamiento de mantenimiento. Conocer estos aspectos te ayudará a ser menos dependiente de tu equipo médico e integrar estos cambios en tu vida diaria.

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CAPÍTULOS

0-Manual1-Volver-a-la-normalidad2-Atencion-medica3-aspectos-emocionales4-autocuidado-y-bienestar5-opciones-legales6-asociaciones-de-pacientes

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