2.3. Pautas para recuperar el peso anterior al diagnóstico de cáncer

Al finalizar el proceso oncológico es frecuente que se produzcan cambios en el peso. La inactividad, los tratamientos y la falta de apetito pueden hacer que después de la terapia tengas algunos kilos de más o, por el contrario, estés más delgado. La alimentación es una herramienta eficaz para recuperar el peso que tenías antes de tu diagnóstico.

Consejos para adelgazar tras los tratamientos

La principal causa de ganancia de peso durante el tratamiento oncológico es la administración de corticoides, que combaten las náuseas y otros efectos secundarios de la quimioterapia. Estos fármacos producen aumento de peso, principalmente por retención de líquidos, por lo que, si este es tu caso, haz lo posible por restringir el consumo de sal y aumentar el de agua y alimentos ricos en potasio. Las patatas, acelgas, alcachofas, tomates, zanahorias, setas, calabazas, fresas, plátanos, o el melón y el melocotón, fuerzan la diuresis y favorecen así la eliminación de líquidos. Toma también infusiones de plantas medicinales diuréticas, como el diente de león, la ortiga, la cola de caballo, la vellosilla y el perejil.

Antes de iniciar una dieta para perder peso, es fundamental que conozcas tu índice de masa corporal (IMC, que se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre la talla en metros elevada al cuadrado). Este dato te permitirá saber si tienes sobrepeso (IMC de 25-29,9) u obesidad (IMC es igual o mayor de 30), y así podrás calcular cuánto peso debes perder para que tu IMC sea normal (en personas previamente obesas, el valor ha de situarse entre 20 y 25).

INFO GRADO DE OBESIDAD

El objetivo es que logres perder en torno a medio kilo o un kilo a la semana combinando dieta y ejercicio.

Si haces unas cinco comidas al día tendrás menor apetito y comerás menos compulsivamente y, por tanto, necesitarás menos cantidad de alimento para quedar saciado. Come despacio y sentado, emplea unos 30 minutos y procura hacerlo en un ambiente tranquilo, masticando durante un rato cada bocado de alimento. Esto te permitirá aumentar la sensación de saciedad. Procura hacer un desayuno fuerte y una cena equilibrada y no muy pesada.

Si tienes hambre entre una comida y la siguiente, bebe infusiones o caldos, y si te quedas con hambre en las comidas añade alguno de los alimentos que comentamos a continuación y toma caldos o ensaladas. En ellas, puedes incluir la cantidad que desees tanto de verduras de hoja verde, como lechuga, canónigos, escarola, rúcula, endibia...

Los alimentos recomendados para perder peso son:

  1. Saciantes, es decir, ricos en fibra, ya que al retener agua aumentan su volumen en el estómago y producen sensación de plenitud. Entre ellos se encuentran las verduras, algas, frutas y alimentos integrales.
  2. Hipocalóricos, que aportan pocas calorías, como las hortalizas, verduras, frutas, pan y arroz.
  3. Diuréticos, ricos en potasio, como la patata, acelga, alcachofa, tomate, zanahoria, seta, calabaza, fresa, plátano, melón y melocotón.
  4. Alimentos que reúnen las tres propiedades anteriores. Pertenecen a este grupo la acelga, el calabacín, el champiñón, el nabo, el pepino, el pimiento, el melón, el melocotón, el pomelo, la chirimoya, algas como espirulina, el espárrago, la piña, la lechuga, las coles y el apio.

CAMBIO DE PESO

La piña es un alimento muy recomendable cuando se desea perder peso y volumen y reducir la celulitis. Produce un efecto saciante e, ingerido antes de las comidas, calma el apetito y produce una sensación de estómago lleno, con lo cual es más probable que hagamos una comida ligera. Además, combate la obesidad asociada a la retención de líquidos y grasa, por su efecto anticelulítico y sus propiedades antiinflamatorias. También actúa como sustitutivo del jugo gástrico y favorece la digestión, sobre todo la de las proteínas, por lo que es un buen aliado en caso de gastritis crónica, digestiones pesadas y otros trastornos digestivos. Finalmente, previene el aumento brusco de los niveles de insulina en la sangre tras la ingesta de azúcares de absorción rápida, como los que encontramos en los productos de bollería y las bebidas gaseosas, lo que retrasa la transformación de estos en grasas y su almacenamiento en el organismo.

Otro alimento adelgazante es la planta esparraguera. La raíz seca se puede tomar en infusión (a razón de 50 gramos de planta por litro de agua). Debes hervirla 15 minutos y beber tres tazas al día. Y los espárragos tienen efecto adelgazante debido a su alto contenido en fibra, que produce sensación de plenitud nada más tomarlos y previene el estreñimiento. Además, contienen pocas calorías, lo que los convierte en el alimento ideal para acompañar cualquier plato cuando se sigue una dieta adelgazante. También poseen efecto diurético y depurativo y favorecen la eliminación de líquidos, toxinas y desechos a través de la orina. Los espárragos blancos tienen mayor valor culinario, mejor sabor y mayor concentración de principios activos saludables que los verdes.

Las algas son muy utilizadas en la alimentación en los países asiáticos, por su riqueza en minerales y sus propiedades medicinales. En los países occidentales, como España, el fucus, la laminaria y la espirulina se emplean por su efecto adelgazante. Son ricas en yodo y fibra, con poder tonificante, estimulante del metabolismo, saciante y laxante. Su alto contenido en yodo estimula el tiroides y favorece el consumo de energía o la activación del metabolismo y, de este modo, acelera la pérdida de peso. Por ello, están indicadas para combatir la obesidad, la bulimia y la celulitis, aunque son preferibles la piña y esparraguera, cuyo efecto es más natural. Si tienes una enfermedad del tiroides o has superado un cáncer de esta glándula, es preferible evitar el consumo de algas o tomarlas bajo supervisión médica.

Dado que las algas aportan gran cantidad de minerales y vitaminas, incluida la B12, que suele ser deficitaria en dietas vegetarianas, constituyen un alimento adecuado para quienes siguen este tipo de alimentación o cualquier régimen de adelgazamiento durante períodos prolongados (más de tres a seis meses), y también para las personas que se encuentran débiles, convalecientes o con anemia.

En el caso de que desees perder peso, no es necesario que suprimas el pan ni la pasta de la dieta, a no ser que te lo recomiende un médico o nutricionista pero, eso sí, evita acompañarlos de salsas o quesos grasos. El pan es uno de los alimentos con menos calorías y de mejor digestión y, por ello, debe constituir la base de tu alimentación.

Lo que sí deberás eliminar son las bebidas gaseosas, alcohólicas y los zumos industriales, y sustituirlos por agua o infusiones. Restringe también, en la medida de lo posible, las comidas precocinadas, enlatadas o envasadas, los colorantes, embutidos, bollería, manteca, nata, quesos grasos, lácteos enteros, fritos y productos elaborados con yema de huevo: toma en su lugar alimentos crudos y frescos o congelados. Estos alimentos industriales, que están concentrados y deshidratados, aportan muchas calorías de forma rápida. A este respecto, es importante que tengas en cuenta no solo el total de calorías que hay en tu menú diario, sino también su procedencia. Por ejemplo, aunque la cantidad de calorías de los cereales, hortalizas, legumbres y ciertas frutas sea similar a la de los dulces, la bollería y los embutidos, estos últimos engordan más. Es preferible reducir la ingesta de azúcar, sal y salsas con los que condimentas las comidas y cocinar con hierbas aromáticas, como el orégano, perejil, laurel, romero, pimienta o clavo.

INFO TOP10 ALIMENTOS ADELGAZANTESINFO INFUSIONES DIETAS ADELGAZANTES 2

Consejos para ganar peso después de las terapias oncológicas

Tras superar un cáncer, algunas personas se sienten débiles, con agotamiento físico y psíquico que les impide recuperar su vida anterior y llevar a cabo sus obligaciones diarias y laborales. El estado de ánimo depresivo y los temores generados por el miedo a una recaída pueden ser una de las causas, pero muchas veces la pérdida de peso y, sobre todo, de masa muscular, agravan esta situación. Por tanto, recuperar el peso previo y el apetito es fundamental para vencer el cansancio.

El ejercicio físico ayuda a desarrollar la masa muscular y es el mejor estimulante del apetito. Prueba a pasear entre 15 y 30 minutos antes de cada comida del día. A la hora de la cena, puedes optar por regresar paseando a casa tras la jornada laboral, hacer cualquier recado caminando y utilizar las escaleras en vez de los ascensores. Colaborar en las tareas del hogar (limpiar, pasar la aspiradora o tender la ropa) es otro buen modo de hacer ejercicio.

También puedes aumentar tu apetito bebiendo pequeñas cantidades de caldo, zumo ligeramente ácido o una infusión de artemisa o cardo santo u otras plantas medicinales con propiedades orexígenas, es decir, que abren el apetito. Otro truco es masticar un chicle de sabor ácido quince minutos antes de las comidas.

Intenta realizar cinco comidas al día: desayuno, tentempié a media mañana, comida, merienda, cena y, si te apetece, toma algo antes de acostarte. En el desayuno, da prioridad a los alimentos energéticos, como cereales integrales, avena, germen de trigo, pan o galletas, combinados con lácteos. Elige un bocadillo, un zumo o una pieza de fruta para comer a media mañana y media tarde y antes de acostarte toma un vaso de leche con galletas, por ejemplo. 

Es positivo comer sentado en la mesa, en un ambiente agradable y tranquilo, si es posible acompañado. Intenta dedicar al menos 20 minutos a cada comida. Cuida, la presentación, textura y variedad de cada plato y sírvete pequeñas cantidades para poder terminarlo sin inconvenientes. En estos casos, da preferencia a alimentos de tu agrado.

Los siguientes 10 alimentos son ricos en nutrientes y una buena opción si deseas recuperar peso, energía y vitalidad:

  1. Sésamo: las semillas contienen ácidos grasos insaturados, proteínas de alto valor biológico, lecitina, vitaminas, minerales y oligoelementos. Se pueden tomar enteras, tostadas, o molidas en forma de pasta llamada tahín, que sustituye con ventaja a la mantequilla y margarina por su excelente composición.
  2. Germen de trigo: es rico en proteínas, ácidos grasos esenciales (incluidos los omega-3), vitaminas B y E, minerales y otros componentes antioxidantes. Lo puedes tomar en el desayuno, junto con levadura de cerveza y otros cereales integrales, entre los que destaca la avena, por su riqueza en nutrientes.
  3. Polen: es rico en vitaminas y minerales y estimula los procesos fisiológicos y, especialmente, los digestivos. Una alternativa igualmente nutritiva es la jalea real.
  4. Aceitunas: dos o tres aceitunas antes de empezar a comer estimulan los jugos gástricos, abren el apetito y proporcionan grasas saludables.
  5. Endrina: esta fruta silvestre, similar a la ciruela, se ha usado tradicionalmente como estimulante del apetito por su riqueza en ácidos y taninos.
  6. Papaya: activa los procesos digestivos. Contiene una enzima o fermento que ayuda a digerir las proteínas, por lo que puedes tomarla como postre para facilitar la digestión. También se utiliza en forma de refresco, batido o helado. Es un buen ingrediente para la ensalada, mezclada con lechuga y jugo de limón. 
  7. Piña: contiene una encima llamada bromelina que favorece la digestión y ayuda a digerir las proteínas. Al natural, es ideal como postre, para favorecer la digestión, pero también puedes tomarla antes de las comidas, como aperitivo, especialmente cuando el estómago está debilitado.
  8. Ruibarbo: los rabillos de las hojas se usan como verdura. Son aperitivos, laxantes y estimulan el vaciado de la vesícula biliar.
  9. Rábano rusticano: es un alimento utilizado habitualmente en la cocina oriental y produce un estímulo suave y natural de los órganos digestivos. Gracias a ello, aumenta la producción de jugos y los prepara para recibir y procesar los alimentos. Con este rábano se elabora el famoso condimento wasabi, que da sabor a múltiples platos de la cocina oriental.
  10. Condimentos: estimulan el apetito y preparan el estómago para la digestión. Los más recomendables son el ajo, el limón y las hierbas aromáticas.

INFO TOP10 ALIMENTOS-RECONSTITUYENTES

Si necesitas ganar peso, todos los alimentos son recomendables excepto aquellos que rechaces o no desees tomar. Pero trata de recordar que los hipercalóricos, como la bollería industrial, los embutidos y las bebidas gaseosas, pueden quitarte el apetito, causar indigestión y dificultar la ingesta de cantidades adecuadas de alimentos más saludables. Por ello, es preferible ganar peso de un modo lento y progresivo con alimentos adecuados que hacerlo rápidamente con productos refinados, hipercalóricos pero pobres en nutrientes.

Recuerda que, en tu caso, para recuperar masa muscular debes ingerir mayor cantidad de proteínas que una persona que no ha tenido cáncer. Toma huevo, carne y/o pescado azul a diario o sustitúyelos por queso y jamón ibérico

Si tienes grandes dificultades para comer porque tras unas pocas cucharadas te sientes lleno, toma zumos de varias frutas o purés de varias verduras cocinados con nata o leche.

Hasta que alcances el peso deseado, consume productos lácteos enteros y más tarde sustitúyelos por semidesnatados.

Los frutos secos y el chocolate negro, por su riqueza en sales y minerales, son alimentos hipercalóricos que debes intentar consumir a diario. La cantidad adecuada en tu caso son unas cinco o seis nueces, piñones, avellanas o anarcados, un puñado de pipas de girasol y hasta tres o cuatro onzas de chocolate puro.

Por otro lado, los germinados son alimentos vivos ricos en sustancias de gran valor biológico, como las vitaminas y enzimas que estimulan la digestión, regeneran la flora intestinal y son antioxidantes, depurativos y remineralizantes. Puedes germinar semillas de alfalfa o soja verde, trigo, cebada y brócoli y consumirlos preferiblemente en ensalada.

 

Como superviviente de un cáncer seguir unos hábitos de vida saludables te hará sentir bien, te dará fortaleza y energía y hará crecer tu confianza en ti mismo y tu seguridad ante los planes futuros.

Lo mejor es que lo compruebes por ti mismo. Si sigues las recomendaciones sobre alimentación de este capítulo te darás cuenta de que mantener estas pautas toda tu vida no es complicado. A cambio recibirás una gran recompensa: reducirás el riesgo de recaída y aparición de un nuevo cáncer y evitarás enfermedades como la hipertensión, la diabetes, la hipercolesterolemia, las patologías cardiovasculares, etc.

Ahora que conoces la teoría, recuerda que también deberás aplicarla en tu rutina diaria.

TOP

CAPÍTULOS

0-Manual1-Volver-a-la-normalidad2-Atencion-medica3-aspectos-emocionales4-autocuidado-y-bienestar5-opciones-legales6-asociaciones-de-pacientes

GEPAC GEPAC GEPAC