1.3. La soledad y el aislamiento

Ambos sentimientos son especialmente comunes en las personas que han vivido un proceso oncológico. El período posterior a los tratamientos es una etapa de transición y de cambio del que debes ser consciente. Se trata de un proceso gradual en el que son importantes la reflexión y la introspección para procesar todo lo que ha pasado. En ocasiones, este momento sirve para recolocar las prioridades personales o replantearse las circunstancias vitales y poder crecer.

Tras la remisión del cáncer, quizá sientas o percibas sensaciones de incomprensión por parte de tu entorno. Suele suceder que, durante los tratamientos, amigos, familiares, pareja y equipo médico se vuelcan en tu cuidado. Al terminar estos, y con la llegada de la recuperación física, algunas de las personas que te rodean no se percatan de que también necesitas una recuperación psicológica y social, que no siempre se produce al mismo ritmo que la física. Incluso es posible que, con el deseo de protegerlos y para no entristecerles o preocuparles, prefieras no compartir tus emociones.

La incomprensión y la sobreprotección suelen generar soledad o aislamiento y no es raro que percibas que ellos han seguido caminando mientras tú tenías que frenar forzosamente tu rutina, tus proyectos, tu proyección personal o tu carrera laboral.

Quizá a las personas de tu entorno les resulte difícil comprender que tengas miedo o te sientas triste «ahora que ya estás bien», y no será fácil encontrar a quienes entiendan que tus ritmos no son los mismos que los suyos. En esta situación, no es raro que aparezca el sentimiento de soledad.

AISLAMIENTO

También es común que, con el profundo deseo de verte recuperado lo antes posible, tu entorno reste importancia a tus miedos, preocupaciones o al malestar con tu físico, pues estás vivo y eso es lo fundamental. Sin embargo, no se trata de estar vivo de cualquier manera, eso tú bien lo sabes: tu misión ahora es hacérselo entender a las personas de tu entorno, que con tanto interés te han apoyado desde el primer momento. La reflexión sobre los aspectos que componen el puzzle de tu vida y la comunicación con tus allegados te ayudarán a manejar esta situación. Encontrarás más información sobre la comunicación con tu entorno en el capítulo 1, Volver a la normalidad, especialmente en el epígrafe Relaciones familiares.

En muchos casos, quizá sea aconsejable contactar con algún paciente o familiar que haya vivido un proceso oncológico similar, o incluso participar en grupos de apoyo para afectados, en los que se pueden compartir experiencias desde la cercanía que supone el trato con otras personas que han pasado por situaciones parecidas a la tuya. Estos grupos suelen estar organizados por asociaciones de pacientes.

Vivir un cáncer puede suponer un gran desgaste emocional para el paciente en primera persona y para su entorno más próximo, pero no todos lo afrontan del mismo modo. Algunos tienden más a compartir emociones y sentimientos que otros. Por ello, procura gestionar los recursos de los que dispones con el fin de obtener el mayor beneficio, ya que no todo sirve para todos. Una comunicación adecuada con tus allegados los ayudará a comprender el período por el que pasas y a adecuar su apoyo a tus necesidades.

 

 

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0-Manual1-Volver-a-la-normalidad2-Atencion-medica3-aspectos-emocionales4-autocuidado-y-bienestar5-opciones-legales6-asociaciones-de-pacientes

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